Quiero que le pongas mucha atención a estos comentarios, son muy importantes, porque nos servirían para interpretar muchas cosas que vemos a diario.
El Ecuador está viviendo un proceso electoral. Una campaña que a la mayoría de los ecuatorianos nos ha dejado un sinsabor. Para quienes estamos inmersos en comunicación, sin lugar a dudas que tenemos varias lecturas sobre la mesa de Comunicación Política y Relaciones Públicas de cada una de los candidatos.
La falta de coherencia en sus mensajes e intervenciones, a mí, me llevan a pensar -que -por el simple hecho de desconocer el inmenso significado de la Comunicación, han caído en las manos de inexpertos que no tuvieron el acierto de conectar con la gente y sus necesidades, prefiriendo mantener muletillas desgastas con la intención de bajar el perfil del “perfecto desconocido” y no priorizaron lo que la ciudadanía demanda.
Y no contentos con su estrategia equivocada, evocaron y congregaron a los medios de comunicación como campanas replicadoras de mensajes disfrazados de editoriales y reportajes para seguir reforzando la destrucción del “perfecto desconocido”. Al término de la jornada, lo único que lograron es ponderar a un candidato, y sembrar internamente la proclamación de rechazo a estos actores políticos y mediáticos, catapultando al “perfecto desconocido” a ser el nuevo presidente del Ecuador.
A estas alturas deberían sentirse tan culpables los estrategas que apostaron a la campaña sucia; a las fake news; así como también los periodistas que fueron parte de esta componenda macabra. Y a estos pobres candidatos, títeres de los grupos de poder, lo que les resta es pedir disculpas a sus familias primero, por la vergüenza a las que les expusieron; al país, y a todos los agraviados en sus retóricas frases clichés por las que tuvieron que pagar mucho dinero.
Definitivamente, sin comunicación, no hay política
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